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Marco Licinio Craso (en latín: Marcus Licinius Crassus (Dives); 115 o 114 a. C.-mayo de 53 a. C., cerca de Harrán, Partia) fue un general y político romano, cónsul en 70 y 55 a. C., miembro del Primer Triunvirato y uno de los hombres más ricos de su tiempo. Pertenecía a una noble familia plebeya, la gens Licinia. En su juventud comenzó su carrera como orador de la corte, pero se vio obligado a interrumpirla a causa de las guerras civiles. El padre y el hermano de Marco Licinio murieron durante el gobierno de Cayo Mario y Lucio Cornelio Cinna (87 a. C.). Tras esto, él mismo se escondió en Hispania, y en el año 83 a. C. se unió a Lucio Cornelio Sila y bajo su mando participó en la derrota del «partido» mariano.
Durante la dictadura de Sila (82-79 a. C.), Craso se enriqueció gracias a la proscripción. En los años siguientes realizó grandes inversiones en el sector inmobiliario urbano, lo que le convirtió en uno de los hombres más ricos de la República romana. Craso aprovechó esto para extender su influencia y, en particular, para superar a Cneo Pompeyo Magno. No se sabe nada de las primeras etapas de su carrera magisterial. Solo en 72 a. C., cuando ambos cónsules fueron derrotados en la rebelión de Espartaco, se le otorgó a Craso el mando militar con poderes especiales. Consiguió restablecer la disciplina en el ejército mediante una serie de duras medidas y derrotó a los rebeldes en seis meses (en la primavera de 71 a. C.). A continuación fue elegido cónsul para el año 70 a. C. y junto con su colega Pompeyo consiguieron abolir las principales disposiciones del régimen de Sila: devolvieron el antiguo ámbito de poderes a los tribunos de la plebe, llevaron a cabo una reforma judicial y revivieron la magistratura del censor.
En el año 65 a. C. el propio Craso ejerció el cargo de censor. En años posteriores estuvo, según algunas fuentes, involucrado en la conjuración de Catilina y también se opuso a Pompeyo, quien había regresado de Oriente. En el año 60 a. C. concertó un triunvirato junto a este último y Cayo Julio César, a través del cual consiguió medidas beneficiosas para él y para los círculos empresariales de Roma en su conjunto. La alianza se reforzó en el convenio de Lucca en 56 a. C. Como resultado, Craso recibió un segundo consulado para el año siguiente y un gobierno en Siria. En el año 54 a. C. entró en guerra contra Partia. Sin embargo, su invasión de Mesopotamia no tuvo éxito: en la batalla de Carras, Craso fue derrotado y muerto.